domingo, 6 de diciembre de 2009

# Persona P A R .

Suena el reloj. Era una mañana más, una de tantas, una de las infinitas y rutinarias mañanas que tendría que vivir a futuro, no hacía frío, estaba bastante soleado y el cielo pintaba un color celeste sin nubes. El problema estaba dentro, la lluvia y aquellas mañanas grises estaban dentro suyo, ya eran parte de ella, y esas nubes, las más oscuras que habitaban su interior, no le permitían ver más allá, una noche entró en ella misma y cerró la puerta desde adentro, desde aquel día la vida marchaba horizontalmente, sin altos ni bajos, sin novedades, sin puestas de Sol ni verdaderos amaneceres, todo le parecía aburrido y sin sentido, ella tenía sus motivos, claro, pero no los suficientes como para morir así, de a poco y por opción propia. Había cambiado tanto, no quedaba casi nada de su alegría ni de los colores que alguna vez irradió, de su energía al reír, ni de su seguridad al hablar, todo se había esfumado, ni los recuerdos la revivirían, perdida en su imaginaria soledad, por así decirlo, ya que nunca estuvo sola realmente, en ningún sentido, siempre había gente que la amaba y aunque ella no lo veía en ese momento, siempre estuvieron ahí, familia, amigos, pequeños amores, de esto último, nada importante realmente, nada que sobresaliera, y aunque hubo uno especial, no alcanzó a ser lo que ella soñó.

Suena el teléfono. Un cumpleaños y carnavales. Qué días fueron aquellos, hace tiempo no se reía con ganas, hace tiempo no conocía gente importante para ella, ya que los importantes, llevaban siéndolo muchos años ya. En esos días, la confusión se apoderó de su mente, no aun de su corazón, era muy fría en ese entonces, pero su mente vagaba y vagaba por recuerdos, por imágenes, por situaciones inexistentes, lo imaginaba todo y no podía elegir, eran demasiados los candidatos a actor principal en su novela y todos eran buenos, ¿a quién le daría el papel más importante?, era una difícil decisión. Pasaban los días y descubría nuevas cualidades en todos, pero hubo uno que comenzó a resaltar entre el resto, que de hecho, convirtió a los demás en "el resto", poco a poco se empezó a dar cuenta de que su corazón había vuelto a latir, poco a poco fue despertando de esa pesadilla rutinaria y sus mañanas comenzaron a despejarse, poco a poco fue sintiendo que recuperaba lo perdido, poco a poco se fue dando cuenta de que el Sol siempre estuvo allí, que nunca dejó de brillar fuera, sólo dentro, porque inconscientemente, un día ella lo había decidido así y punto, poco a poco la mente se despejó, poco a poco se dio cuenta, no hubo necesidad de tomar una decisión, "el resto" había desaparecido y poco a poco, sin querer, se enamoró. Desde aquel primer día en que tomó conocimiento del famoso amor, la vida dio un giro, muchos, se volvió un torbellino de emociones y cosas nuevas, se le abrió una nueva puerta a un lugar al cual nunca había asistido, un lugar que le pareció familiar, pero al conocerlo realmente se dio cuenta de que nunca había estado ahí.

Y así, sigue viviendo, en el país de las maravillas, conociendo cada día cosas nuevas. Eso no quiere decir que todo sea siempre feliz, sino no tendría gracia, la diferencia está en que, si antes ella estaba triste, muy pocas veces alguien lo notó o logró alegrarla de verdad. Cuando ella lloraba lo hacía sola, cuando tenía un problema nunca nadie tuvo las palabras justas para animarla, nunca nadie supo descubrir todo el mundo que ella encerraba en su interior, hasta ahora, que tiene todo ese mundo y más para vivir, no como persona común y corriente, no como individuo, sino como un par.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Que bella entrada Kiltris u.U
Todavía me siento persona IMPAR.

Sigue escribiendo =)

Saludos!

Don Nadie dijo...

wena vola, yo aun me siento UNO. creo que solo me entiende el espejo. xD Saludos