#Después de la tormenta...

...Se subió al bus, el agua caía y caía desde el cielo como un llanto gigante y ruidoso, ella no podía pensar en otra cosa que no fuera en él, sentía que la vida de él separada de la suya y de la del pequeñito ya no tenían sentido alguno, pensaba de forma egoísta, nada más que en ella en realidad, pero a sus escasos 16 años, es lo más normal del mundo.

Afuera en la calle, el paisaje era completamente gris, la poca gente que se divisaba vestía colores oscuros y grises, los perros estaban mojados, el cielo era gris y el fuerte viento se llevaba las últimas hojas que quedaban en los árboles, era como si todo el mundo se hubiese puesto de acuerdo con lo que sentía, con la tormenta que tenía en su interior. El tiempo y el espacio habían desaparecido por completo, lo único que quedaba eran unos cuantos recuerdos, todos relacionados con él, ¿Cómo logró causarle eso a una adolescente que siempre destacó por ser más madura que sus pares?. Se sentía tan estúpida, la más tonta del mundo, por haber confiado en alguien en quien no debería haber confiado jamás, por haber entregado algo que en su casa siempre se le dijo que no se le daba a cualquiera. Ella siempre tuvo sus cosas muy claras, sabía en el preciso momento que según su familia, lo que estaba haciendo no era correcto, a ella realmente no le importaba mucho, ella sólo quería no desilucionar a su familia, pero que más podía hacer, se sentía tan avergonzada, sumisa, insegura y asustada que no pudo sacar un 'no' de su garganta.

Muchas preguntas giraban y giraban y giraban dentro de su mente, ¿Y ahora qué?, ¿Qué hago contigo dentro y sola contra el mundo?, ¿Cómo se lo digo a mis papás?... Bajó del bus, la lluvia se había intensificado, ella corría para llegar pronto a su casa, su cara estaba completamente mojada, no se sabía si eran lágrimas o lluvia, o una mezcla de ambas. Llegó a su casa, su mamá le abrió la puerta...

- ¿Soledad qué pasó? ¿Estás llorando?
- No mamá. Sólo quiero dormir, de ahí almuerzo.

Subió a su cuarto, se tiró a la cama y no despegó su cabeza de la almohada durante mucho rato, ella no supo si fueron minutos, horas, días, meses...el tiempo seguía sin existir en ese momento.

Sole y su mamá nunca fueron muy amigas, pero ella sentía en su pecho un peso gigante, necesitaba contarle a su madre lo que estaba pasando, no podía seguir callándolo, ella era la única que podría entenderla y ayudarla, se levantó de golpe y comenzó a bajar las escaleras, nunca lo había hecho tan lentamente, nunca había demorado tanto en bajar un escalón, llegó abajo y comenzó a buscar a su madre cínicamente ya que en realidad no quería hallarla. Buscó por el baño, la cocina, el living, el comedor, no quedaba otro lugar que no fuera su cuarto, respiró tan hondo como pudo, puso su mano en la manilla de la puerta y la giró lentamente, Soledad deseaba que ese giro fuera infinito.
- Hola mamá... - dijo, muy despacio.
- ¿Qué pasa hija?¿Me dirás ahora que te está sucediendo?
- A eso vine..
- ¡Qué esperas entonces, me tienes muy angustiada sin saber que te pasa!
- (Uuuuufffff) Lo que pasa mamá, es que estoy embarazada.
- ¡Pero hija como no te cuidaste!, ¡Eres una débil!, ¡Qué va a decir la gente!, ¡Serás una madre soltera!, ¡Qué vergüenza!, ¡Dirán que la culpa es mía y que fuí una madre muy blanda!, bla, bla, bla, bla...

Las palabras de su mamá eran como puñaladas que atravesaban su vivo y ocupado vientre, sintió que el único apoyo con el que talvez contaba, tampoco estaba ahí para ella, ahora si estaba realmente sola...sola, con su hijo. Miles de cosas pasaron por su mente para deshacerse del pequeño ser que se estaba formando en su interior, volvió a su mente la conversación que había tenido hace algunos días atrás con el padre del bebé...
- Cristian, tengo que decirte algo súper importante...
- ¿Es algo bueno o malo?
- Si para ti es bueno, para mi lo será también.
- Uuumh, ¿Qué onda?
- ¡Vamos a tener un hijo!
- ¡¿Qué?! ¡Pero cómo no te cuidaste!
- Pero..
- Ese hijo no es mío Sole, báncatelo sola.

Esas últimas palabras, para Sole nunca se borrarían, han sido las palabras que más dolor le han causado en la vida, ella sabía que el hijo que esperaba era de Cristian, él había sido el primero y el único con quien había tenido relaciones, para ella, era la persona especial que siempre esperó, pero se dió cuenta de que las cosas no eran realmente así y cayó de su nube de golpe contra el pavimento. Después de pensar en todo eso, se dió cuenta de que lo que él desgraciado quería era justamente lo que ella estaba planeando hacer, él quería que ella se deshiciera de ese hijo, pero no le dió en el gusto, al comienzo, el cuidar de su embarazo lo hizo sólo para taparle la boca a padre de su hijo, pero luego, se dió cuenta de que poco a poco, ese ser, se fué convirtiendo en su todo y el panorama que aquel día se veía tan gris, poco a poco fué despejándose, su madre aceptó el embarazo de Soledad, su padre también, aunque le costó un poco más convencerlo y de Cristian no ha vuelto a saber hace tiempo. Ahora 'ella' trabaja como columnista para un diario de la región y mientras escribe...
- Mamá ¿Por qué la abuela dice que las gallinas no hacen pipí?
- Aaayy no sé Benjita, pregúntale a ella que estoy trabajando.
- ¡Pero mamá pooh! ¿Por qué? ¿Y los gallos hacen pipí? ¿Mamá?

...Y así transcurren los días en la vida de Soledad, cada ' ¿Por qué? ' de su hijo multiplica por mil su amor por él. Ella, es la protagonista de la frase 'después de la tormenta, siempre viene el Sol'.

Moraleja: Cabros wnes, no me dí tooodo el tiempo de escribir la historia por las puras! Usen condón, cuídense con pastillas y no sean tan promiscuos y si no, ¡háganse responsables!.
Eso, saludos :)
Kiltra.-
PD: Blog de mierda, mandó a la cresta los puntos aparte , los guiones de diálogo y todo ¬¬